Según el escritor Jorge Luis Borges, la idea del Zahir procede de la tradición islámica y se estima que surgió en torno al siglo XVIII. En árabe, Zahir significa visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba ocupando poco a poco nuestro pensamiento, hasta que no somos capaces de concentrarnos en nada más. Eso se puede considerar santidad o locura.
Sin embargo, y aunque el nombre El Zahir provenga de una tradición árabe, nuestra cocina, aunque presente notas ligadas a las costumbres andalusís, está incluida en una tendencia innovadora, vinculada a lo que entendemos por cocina mediterránea, intentando recrearse en la concepción de platos que, de alguna forma, sean más personales y diferentes.